La reconversión varietal es una de las medidas que se llevan a cabo mediante investigación genética para adaptarse a los cambios en las preferencias gustativas de los consumidores. Estos quieren frutas de sabor dulce, piel suave, carne consistente y larga duración, así como presentación cómoda y disponibilidad durante todo el año.
Destaca en este ámbito el centro Don Benito de Badajoz, donde se realiza un programa de hibridaciones controladas para mejora de Calidad de melocotones, nectarinas, ciruelas, pavías y platerinas.
La platerina es un paraguayo con piel de nectarina y jugosa carne. Estas características facilitan mucho el consumo a bocados, que es una característica muy apreciada, por la facilidad con la que se puede consumir.
Uno de los mayores avances y objeto de investigación internacional es la obtención de fruta sin hueso. Los científicos del Servicio de Investigación Agrícola, ARS-USDA han realizado progresos en la identificación de los genes que controlan la formación del hueso en ciruelas. Han descubierto que justo antes del endurecimiento del hueso, se activan un par de genes necesarios para la producción de lignina en el hueso y no en la pulpa o piel, y que se desactivan rápidamente después de la formación del hueso.
La investigación para crear fruta sin hueso ya empezó a principios del siglo XX, cuando se cruzaron ciruelas silvestres sin hueso con la variedad de ciruela Agen de California. Se obtenían así frutos con semilla pero sin hueso.
También en los USA, han desarrollado una nueva variedad de melocotón que prospera con un periodo más corto de frío durante el invierno. La nueva variedad, la "Gulfcrimson" requiere solo 400 horas de enfriamiento para florecer y formar fruta. Esto puede ser adecuado para zonas muy tempranas que gozan de inviernos muy cortos, lo que puede hacer que el melocotonero, que precisa de un mínimo de 650 horas de frío, reduzca su productividad.
lunes, 18 de mayo de 2009
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