jueves, 7 de mayo de 2009

Acuerdos Euromediterráneos de comercio de frutas y hortalizas

Se están desarrollando últimamente acuerdos comerciales para aumentar la exportación hacia la UE de frutas y hortalizas procedentes de países del Norte de África, especialmente de Marruecos.
El Libro verde de la Calidad de la CEE especifica en su apartado I. Requisitos comunitarios de Producción, que los agricultores de la UE deben ajustarse a una serie de requisitos de producción y todos los alimentos producidos en la UE se obtienen con arreglo a esas normas. Su objetivo es asegurar que los alimentos puestos a la venta cumplen las normas de higiene y seguridad y que los procesos de fabricación correspondientes satisfacen las exigencias (medioambientales, éticas, sociales...) ¿Qué pasa con los productos importados de terceros países? Exceptuando los relativos a higiene y seguridad de los productos, muchos de esos requisitos de cultivo como las normas medioambientales y de bienestar animal no se aplican necesariamente a los alimentos importados, porque son aspectos regulados por los gobiernos de los países productores. El control de los métodos de obtención de los mismos productos agrícolas alimenticios es un asunto que regula la normativa de esos países productores.

Puede tener una especial importancia desarrollar algún método para diferenciar los productos producidos en la UE y los de fuera, pues éstos últimos no están asegurando que se cumpla con requisitos que el consumidor final da por hechos, o que desconoce que en la UE se llevan a cabo y en los países terceros no.

Podemos tener el caso de en un mismo mercado tener el mismo producto, uno procedente de un cultivo de Andalucía y otro proveniente de Marruecos, y que en éste ultimo se haya aplicado productos fitosanitarios prohibidos en la UE por motivos medioambientales o de seguridad de las personas, por lo que el producto andaluz tiene desventaja en cuanto a volumen y costes de producción, enfrente al producto externo.

Las exportaciones españolas de frutas y hortalizas hacia el resto de la UE se han estancado. Y en el caso de que en el acuerdo de comercio con Marruecos se eliminen precios de entrada, se estima que habrá un incremento medio mensual del 150 % de exportaciones provenientes de Marruecos, con la reducción correspondiente para las españolas (se calcula que un 10 % de la cuota de mercado europeo)

Sin embargo, no sólo la producción española se vería negativamente afectada, la deslocalización de la producción agroalimentaria española y europea en terceros países con los que se mantienen acuerdos de asociación, perjudica a los pequeños productores de ambas orillas del Mediterráneo. Según la Federación Nacional del sector agrícola de Marruecos (UMT), las condiciones sociolaborales de los trabajadores son lamentables. El salario medio es de 5 o 6 euros al día por 9 horas de trabajo, con mano de obra infantil y sin ningún tipo de derecho laboral. En vez de mejorar la renta de los pequeños agricultores locales, se están produciendo concentraciones de grandes multinacionales agroalimentarias que se aprovechan de los costes de producción inferiores. Además promover el desarrollo de estos países sólo a través de producción para exportación, genera desequilibrios en el mercado interno, ya que si en un momento dado, no hay mercado exterior para exportar esa producción, se introduce en el mercado interno con lo que el productor local tiene que enfrentarse a la competencia de los grandes grupos productores que tiran el precio a la baja.

Como se puede comprobar, las deslocalizaciones tan temidas en Europa ya no sólo son industriales, sino también agrícolas.

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