La finalidad de un abonado de fondo es tener los nutrientes disponibles para el árbol en las capas profundas, ya que después de la plantación, las enmiendas o fertilizaciones que apliquemos solo podrán realizarse de forma superficial para no dañar las raíces que se encuentran en la parte superficial del suelo.
Si el abonado esta formado por abonos orgánicos y minerales, aseguramos que hay una disponibilidad nutritiva repartida a lo largo del tiempo.
Como abono orgánico tenemos estiércol maduro, sobretodo de bovino. Se debe incorporar por labor profunda, que lo sitúe a 30 – 50 cm. de profundidad. La cantidad puede ser de 30 a 40 toneladas por Ha. (3 a 4 Kg. por m2)
Como abono químico complementario al anterior debemos aportar fósforo y potasio. De 1 a 1,2 toneladas de superfosfato mineral por Hectárea y de 400 a 500 Kg. de sulfato potásico por Ha.
En caso de mucha alcalinidad y/o salinidad del suelo, habrá que hacer una corrección con yeso para la salinidad y azufre para la alcalinidad.
No se debe hacer una aportación química de nitrógeno en el abonado de fondo, ni con urea ni con amoniaco, pues se solubiliza y se arrastra a capas profundas, sin que sirva de abono y además contaminando aguas freáticas.
También se puede realizar un abonado en verde antes de la plantación, consistente en plantar un ciclo de leguminosas (habas, trébol, etc.) y incorporarlas al suelo con un arado.
viernes, 8 de mayo de 2009
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