Opinión por Jose Manuel Navarro Llena:
Creer porque es imposible nos lleva a ser sujetos pasivos amparados en la fe de lo que no podemos explicar, de lo que científicamente es absurdo e impenetrable, de lo que necesitamos tener como referente para justificar nuestras creencias y comportamientos obviando la razón como medida para argumentar la certeza o existencia de aquello que nos parece quimérico. Esto sucede en el plano teológico y también en cualquier contexto en el que la meta se nos antoje inalcanzable por improbable, lejana, ardua o sencillamente, fuera de nuestro poder de decisión o influencia.
Si nos aventuramos a hacer algo por no saber que es imposible, es porque presumimos que es factible su realización. En cambio nuestro reto debería ser por apostar `por alcanzar lo imposible, ya que reflexionando como Kavafis en su Ítaca, lo trascendente no sería conseguirlo, sino lo aprendido en el camino y lo crecido y avanzado en el empeño.
miércoles, 3 de junio de 2009
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